Cartagena y los Forcados brindaron una buena tarde
- Jorge y Malú
- 5 feb 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 27 feb 2018
Jorge Canto Alcocer.
Crónica publicada originalmente en el periódico Por Esto! Yucatán, el 8 de enero de 2018.
Corrida de rejones en la Monumental “Avilés”
El hispano mostró sus extraordinarias dotes de caballista y, por momentos, bordó el toreo / Para el olvido las actuaciones de Horacio Casas y Cuauhtémoc Ayala / Magnífica presentación de los Forcados Queretanos / De aceptable presencia y juego los de Guanamé / Como reserva se coló un infumable novillito de Guadiana
Por Jorge Canto Alcocer
Corrida extraordinaria en la Monumental “Avilés” de Motul, la pequeña ciudad situada a poco menos de 30 kilómetros al nororiente de Mérida. Cartel más bien modesto, aunque la inclusión de Andy Cartagena, una de las figuras del rejoneo europeo, y de los Forcados Queretanos, el mejor grupo de Forcados del país, le otorgue interés. El complemento de ningún modo subyuga: el indocumentado Horacio Casas y el novel en experiencia, aunque grande en edad, Cuauhtémoc Ayala, con reses de Guanamé, ganadería con nombre de prosapia -fue una de las primeras del país, ahí por los 1700- pero ahora es de las llamadas de “medio pelo”. Con estos antecedentes, una entrada ligeramente superior a media plaza resultó mucho más que halagüeña. La tarde, un tanto fría y ventosa, se prestó para el toreo a caballo, por lo que consideramos se cumplieron sobradamente los objetivos del festejo.
Y es que los resultados fueron consecuentes con las expectativas: Cartagena toreó por momentos de un modo magistral, aunque clavó con poco acierto, mató mal y se vio en aprietos con el celoso SUERTUDO -con mucho, el mejor de los lidiados-; en tanto que los de Querétaro tuvieron una lucida actuación, con tres pegas en tres intentos, fallando apenas uno de sus intentos. De los otros caballistas no se esperaba nada, y nada lograron; los toros cumplieron, lo que fue es mucho más de lo que generalmente ocurre. Vayamos, pues, a la reseña.
El paseíllo se efectuó con unos 15 minutos de retraso, presidiendo la corrida don Ariel Avilés Marín, connotado educador, distinguido funcionario de gobierno y buen aficionado, a quien, sin embargo, no se le han dado las cosas en el biombo. En alguna ocasión, fallas en su logística impidieron a este cronista cumplir con su encomienda, en otros muchos casos, su criterio para el otorgamiento de apéndices ha sido incomprensible, como en el festejo que nos ocupa. No dudamos de sus buenas intenciones, simplemente las cosas se le han complicado, si bien hay que reconocer que en esta ocasión la sangre no llegó al río… Avilés atinó al negarle un trofeo a Cartagena en su primero, pero se precipitó al ordenar la sustitución de RENEGADO, que pintaba para bravo, y fracasó rotundamente al obsequiar orejita a Ayala pese a descordar a BONDADOSO, y al otorgar dos apéndices a Cartagena –uno ya era excesivo- no obstante una estocada traserísima, de efectos inmediatos. El reserva por RENEGADO, al que probablemente ni había visto, fue un impresentable novillito, lo que también engrosa la cuenta negativa de Usía.



Como ya dijimos, la parte interesante de la fiesta se vivió en los toros de Andy Cartagena, y en las actuaciones de los Forcados de Querétaro. Empecemos, pues, por ellos. ANDY CARTAGENA estuvo muy serio toreando, sobre todo a DON ESTRELLA, que abrió plaza, aunque no anduvo muy acertado con los palitroques ni mucho menos con el rejón de muerte. El primer GUANAME fue un zaino muy bien puesto, de aceptable presencia. Fácil con los de castigo, desde el primer tercio mostró su monta enterada, el dominio sobre sus cabalgaduras y sobre los terrenos del ruedo. En más de una ocasión cambió al burel de tercio a tercio, sin mediar un solo capotazo. Con los palos, en cambio, no estuvo muy acertado: varias pasadas en falso, algunas banderillas caídas, otras traseras, ante un bicho que se dejó, aunque pecó de escasa acometividad. En cortas logró su mejor momento, e intentó, sin conseguirlo, el arriesgado desplante del teléfono. Dejó media trasera, que fue suficiente y motivó importante petición, bien desestimada por Avilés. SUERTUDO saltó en cuarto sitio, y fue un zaino muy cómodo de cuerna y justo de presencia, pero que tuvo bravura para el caballo y, sobre todo, un gran celo durante toda la lidia. Cartagena intentó lidiarlo como es su costumbre, apenas con auxilio de la peonería, pero no pudo, y tuvo que meter a su peón de confianza a todo lo largo de la lidia. Tal vez el problema estuvo en que lo dejó crudo, pues lo pasó con apenas un rejoncito de castigo, luego de lo cual intentó llevarlo de tercio a tercio, pero el bicho le comía el terreno, lo que obligó a actuar a los de plata. En banderillas clavó trasero todo el tiempo, y con el mismo defecto dejó una entera, que hizo pupa espectacularmente, por lo que el villamelonaje sacó los pañuelos y Usía olvidó la dureza inicial para conceder dos auriculares. Los pocos aficionados presentes le dieron señora y merecida ovación al morlaco.
Los Forcados Queretanos, una agrupación con más de 35 años en los ruedos, logró una valiente y apreciable actuación al pegar 3 toros, con apenas una intentona fallida. La más lucida pega fue conseguida frente a DON ESTRELLA, que abrió plaza, pero también cuajaron la de BONDADOSO, al segundo intento, y la de MOTULEÑO, el reserva de GUADIANA de muy escasa presencia. A este pequeño bicho lo dominaron con gran facilidad, mostrando siempre su increíble entusiasmo, absoluta entrega y gran carisma, por lo que se llevaron las mayores ovaciones.
HORACIO CASAS estuvo tan mal como de costumbre, anotando en su lote la apresurada devolución de RENEGADO, un castaño oscuro, serio y que finalmente pareció hubiera dado buen juego -lo mató el sobresaliente, quien mostró algunas de las cualidades del astado, cuyo problema es que cojeó ligeramente de salida-, tras el incidente mató a GOLONDRINO, un zaino, bizco del izquierdo, de buena presencia, y que tuvo poca fuerza, y con el que CASAS anduvo dando vueltas sin ton ni son, para despacharlo de pinchazo y tres cuartos en la cola. En el lugar de honor enfrentó al pequeño MOTULEÑO, que se dejó, pero con el que el capitalino tampoco obtuvo acomodo. En esta ocasión falló en cuatro ocasiones antes de dejar media atravesada, que fue suficiente.
El yucateco CUAUHTEMOC AYALA tampoco mostró gran cosa. Mató primero a BONDADOSO, un cárdeno oscuro, comodito y justito, que dio facilidades, pese a lo cual el local anduvo a la deriva, siempre a la grupa y con poco dominio de sus cabalgaduras. Descordó tras pinchazo, el juez Avilés sacó el pañuelo y los de la Villa y algunos cuates le aplaudieron al paisano. Cerró plaza con BRUJO, un zaino agalgado, que también se prestó, aunque terminó rajado. Ayala anduvo en el mismo plan, pinchando en 4 ocasiones, tras lo cual el bicho se apiadó de nosotros y se tiró de aburrido. Al salir de la Monumental, nos agobió la pregunta de siempre ¿Quién será el guapo que se decida a rescatar esta Plaza y dar una auténtica temporada? El inmueble y la afición lo exigen a gritos…

Crónica publicada originalmente en el periódico Por Esto! el 8 de enero de 2018. Puedes ver la nota en el link original:
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=7&idTitulo=616496
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