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...y así ¿cómo para que lo hacen? (los animalistas)

  • Foto del escritor: Jorge y Malú
    Jorge y Malú
  • 26 feb 2018
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 28 feb 2018

Malú Villarreal


Tratar de explicarle a mi vecina, de sol general en la monumental Plaza Mérida, la razón por la que dos activistas animalistas habían saltado en el ruedo y tratado de abrazar al toro en sus últimos momentos me pareció digno de una anécdota de este blog.





Estábamos en el segundo toro de la tarde, una tarde calurosísima en la monumental Plaza de toros Mérida, y Joselito Adame había hecho una excelente faena con un buen dominio del toro. Justo cuando el toro cayó y el público ovacionaba de pie la faena con los pañuelos blancos al aire, cayeron en el ruedo dos activistas por los animales, llamados comúnmente "animalistas". Los hombres se quitaron las camisas para mostrar algo escrito en su pecho y espalda, y corrieron frenéticamente hacia el toro que exhalaba su último aliento. Corrían mientras la gente gritaba indignada y el torero los miraba sin poder dar crédito a lo que veía.


Al punto saltaron al ruedo monosabios, policías, autoridades e incluso periodistas, tratando de evitar que los hombres llegaran al toro que aún yacía vivo y evitar no sólo que violentaran la faena, el ritual, pero que también se pusieran en peligro. Los que asisten a la fiesta saben que el toro derribado en el suelo, con el estoque final, puede tomar un último jalón, aun con el puntillero haciendo su trabajo, y atacar con el ultimo aliento a cualquiera.


Jorge me contó de aquel caso del rejoneador al que el toro se le levantó y persiguió, Rodrigo Santos -ahora retirado-, en esa ocasión tremendo susto se llevó Rodrigo, que había bajado del caballo para matar a espada, tuvo que correr por su vida, tiró espada y muleta, y terminó huyendo despavorido; en esa ocasión no hubo heridas, sólo el susto.


O que se convirtiera en otro animalista embestido por un toro, como el tipo de Carcassonne en Francia que fue embestido por aquel a quien quería salvar.



Finalmente los amistosos de los animales fueron detenidos y sacados del ruedo.

Todo sucedió tan rápido que la gente aún tenía su pañuelo levantado pidiendo oreja para el matador.


Había un grupo de comunidad justo en los asientos delante de mí. Gente sencilla con la que ya habíamos intercambiado charla sobre el calor, el sol, las faenas y mientras yo tomaba fotos del suceso de los animalistas los escuché preguntar una y otra vez: ...y así ¿Como para que lo hacen? ¿Para que se meten y corren en el ruedo?


-Supongo que para abrazar al toro - les respondí, recordado lo que habían hecho otros animalistas en otras plazas de toros.


-¿Abrazar al toro? - me miró con los ojos bien abiertos la mujer.


-Sip - le dije tratando de ponerme seria - dicen ellos que lo hacen para que el toro sienta calor humano y no se sienta solito y asustado mientras está muriendo. Así que corren, se escriben cosas como ¡Debería darles vergüenza! ¡Asesinos! en su cuerpo y se abrazan al toro para decirle que no tenga miedo, que ellos lo aman o algo así...


Me miraron con los ojos como platos y ni trataron de contener una carcajada sonora.


-¿Y por qué se esperan a que se esté muriendo? - reflexionó la mujer - si tanto lo quieren, ¿por qué no saltan al principio? cuando está enterito el toro, ¿Por qué no lo abrazan, le dan su amor ese que dicen y se lo llevan a su casa?


-Por que no son pendejos - respondió un compañero de ella -si entran con el toro enterito, los mata.


Razonamiento sencillo y muy certero.


Recuerdo haber leído hace años el libro Liberación animal, de Peter Singer, un filósofo utilitarista que argumentaba la necesidad de reducir el dolor y el sufrimiento a los animales. Ese libro terminó siendo la base del movimiento animalista, pero es una filosofía de un filósofo cuestionable, uno que dice que debe respetarse la vida de todos los animales como si fueran humanos y también dice que "no parece muy sensato aumentar el consumo futuro de recursos limitados permitiendo que aumente el número de niños con deficiencias” es decir promueve la eutanasia a niños humanos con deficiencias.


Los animalistas tienen una idea Disneyzada de la vida animal, animales humanizados, creen que deben de condenar a su propia especie, la humana, causante de todos los males y daños a otras especies. Que las personas no humanas (así le llaman a los animales) pertenecen a especies que no pueden defenderse, protestar y liberarse por sí mismas. Entonces, sigue su razonamiento, ellos deben luchar contra otros humanos para que los animales no sean utilizados, sometidos, torturados o asesinados para nuestro beneficio, porque son nuestros iguales, según ellos.


Así que es válido cualquier agresión, ataque y enfrentamiento para ayudar a los animales, con las justificaciones más increíbles y hasta ridículas, que uno pueda imaginarse, y algunas veces tan ofensivas como aquella simpatizante del partido animalista, PACMA (en España), que criticaba que nadie le hubiera dado el pésame por la muerte de su mascota mientras si se lo daban a la familia de Víctor Barrio, el torero que murió corneado.


-¿Cómo para que? - preguntaría mi vecina de asiento en la plaza de toros Mérida. Lo pensé un buen rato, creo que como todos los ecologistas, por cuestiones políticas. Los "logros" de todos estos movimientos tienen y justifican hacia una dirección (como dice el naturalista español Álex Lachhain): "Llegar al asiento político y así legislar a su favor, controlando el presupuesto”.


Todos estos movimientos animalistas lo que buscan es control político, notoriedad y dinero, si no pregúntenle a los del Verde Ecologista Mexicano (que propugnan además la pena de muerte para criminales humanos) o el Partido Animalista Contra el Maltrato Animal de España (cuya presidenta propugna la castración de las mascotas como un acto humanitario al que los animales no ponen inconveniente, pero que no pudo responder nada coherente al ser cuestionada si se los había preguntado -a los animales- si no les importaba perder los testículos o sus ovarios).


Sería interesante que nos dijeran cuánto les pagan por impulsar este tipo de agendas políticas. De hecho, en México, el Instituto Nacional Electoral informó que de 1997 a 2017 el Partido Verde Ecologista de México recibió la friolera de $5,559,362,548.34 (Cinco mil millones quinientos cincuenta y nueve millones, trescientos sesenta y dos mil, quinientos ochenta y cuatro pesos con treinta y cuatro centavos o unos trescientos millones de dólares) para campañas políticas, únicamente. Así que si buscamos un poquito en el análisis de beneficios directos e indirectos podemos encontrar a quien beneficia realmente todo esto del movimiento animalista.


Además se tuerce peor el asunto, porque el pináculo y la élite animalista se aprovecha de la culpa de raza, como esa de los alemanes tras la segunda guerra mundial por todo lo que hicieron los nazis, como todo el mundo occidental tratando de compensarles a los judíos por lo sucedido y creándoles un país a costillas de los palestinos (regalar una parte de una casa que no era de ellos).


Los animalistas creen que abrazar animales, prohibir fiestas o deportes, preferencias alimenticias o actividades que otros hacen y que a ellos no les gusta, es correcto, porque estan compensando a cada rata, caballo, cerdo o vaca la "victimización", la "esclavización", el "abuso" de la que fueron sujetos por los humanos malvados (¿y por que no se rebelaron los animales como los esclavos negros, los indígenas sometidos o todos esos grupos sometidos? Ah si, porque son animales...y necesitan un grupo de humanos que los defienda, alguien debería decirle a los animalistas que sin la participación directa de los grupos en cuestión, los rescates se vuelven pretextos para que grupos mezquinos lucren con las supuestas tragedias ajenas, justo como lo hacen ellos. Y que de hecho cuando un grupo quiso liberarse, no necesita pilmama que los rescatara).


Este es un tipo de extremismo descerebrado -como todos los extremismos- uno de creencia, y el extremismo es siempre obligar a otros a aceptar su verdad como única, es decir, que lo que ellos creen es la única verdad y todo lo demás se supedita a lo que ellos dicten como real y verdadero, lo que ellos crean. Pero es sólo un asunto de control, política, de poder y de dinero, mucho dinero.


Es asqueroso.


Y yo no puedo sacarme de la cabeza la pregunta de mi vecina de plaza ¿Cómo para que hacen eso?


Porque los animalistas son malos humanos que atacan a otros seres humanos, que dicen que los animales son mejores que los humanos y como ellos son defensores de los animales son mejores humanos que el resto de nosotros - sonrío al pensar esta respuesta ridícula, usando los mismos argumentos animalistas.


Y luego me da flojera perderme en pensamientos argumentales estúpidos, con el calor y el sol cayendo a plomo, y yo perdiéndome las faenas... así que me seco el sudor y regreso a los gritos, los olés, los venteros, los toros y a disfrutar todo el espectáculo con mis vecinos de sol general.


Regreso a la fiesta.



Malú




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